Desde que era una niña siempre me gustó muchísimo este plato de guisantes con jamón y huevo al plato. Es una combinación perfecta. Antes siempre se vendía en los mercados y tiendas guisantes con sus vainas. Recuerdo como ayudaba a desgranarlos y los guisantes que eran muy pequeños me los comía crudos porque eran muy tiernos y tenían un sabor dulce exquisito.
Este es un plato muy fácil de hacer, muy rico y con muchos nutrientes.
Probarlo y ya me diréis si os parece tan rico como a mi.
Ingredientes:
200gr. de guisantes
40 g de jamón en taquitos
1/2 cebolla pequeña
1 huevo grande o 2 pequeños
3 cucharadas de salsa de tomate (mejor casera)
1 chorrito de vino blanco
1 pizca de pimentón
Elaboración:
Se Cuecen los guisantes en agua con sal. Cuando estén cocidos se escurren y se dejan en espera.
Se pela la cebolla y se pica muy menuda. Se coloca una sartén al fuego con aceite y se introduce la cebolla cuando éste esté caliente. Se sofríe ésta y cuando esté blanda, se añaden los taquitos de jamón y se rehogan hasta que vayan perdiendo su color.
Se incorpora la salsa de tomate y el vino blanco, se mezcla todo bien hasta que se evapore el vino. Se añade el huevo y se deja que se haga a fuego lento hasta que se vea que la clara esté cuajada y la yema poco pasada.
Te cuento un secreto:
Si antes de acabar la cocción notas que se están quedando estos ingredientes un poco secos, le puedes añadir más vino blanco o un poco de agua y quedarán más jugosos.
En vez de la salsa de tomate puedes añadir medio tomate o uno pequeño pelado y picado con la cebolla, ya que muchas veces no tenemos salsa de tomate casera en casa y en cambio tomates sí.
Cuando ya está cocinado todo le añado al huevo un poco de sal en escamas y espolvoreo una pizca de pimentón de la vera.
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